Eran un híbrido de dúctiles formas, a camino entre ser zapatos y zapatillas; aunque yo prefiera quedarme, por lo informal del término, con la segunda forma. Ellas también lo hubieran preferido así.
Sus colores destacaban por ser poco habituales, convirtiéndolas en llamativas pero no estridentes, al menos para quienes (como yo) buscan incansablemente el brillo en la oscuridad.
Bajo la lluvia y sobre los charcos, su puntera de piel y tejidos sintéticos sufrían demasiado, se ajaban, pero me costaba dejarlas en casa, celosas de otras compañeras menos presumidas y amigas de mi compañía.
La exigencia de un día tras otro ante las inclemencias del tiempo, convirtió su tersa y luminosa estampa en rugosa y oscura, desgastada, descamada, "sucia" a la vista de aquellos faltos de espíritu que juzgan la belleza por su mero aspecto, sin detenerse a analizar la historia y el contexto de sus cicatrices.
Al tiempo, tuve la ocasión de comprar otras compañeras de idénticas formas, pero me deje llevar por el sempiterno atractivo de lo desconocido y lo nuevo, no me atreví a regalarles unas hermanas mellizas que pudieran darles descanso.
Tras muchas jornadas de paseos interminables, llegó el día en que, preso de los prejuicios y "del qué dirán", avergonzado de su aspecto, acabé por abandonarlas en un viejo mueble igualmente roto y olvidado, cementario de elefantes de cómplices de mis viajes.
Y con los años, después de no hallar iguales guantes para mis pies y sus continuos paseos, me topé por casualidad con ellas y opté por recuperarlas de nuevo para el servicio activo; más maduro y seguro de mí mismo, impasible antes las críticas.
Hace pocos días, quise darles un homenaje en forma de merecido adiós, participando en una última fiesta, la cual acabaría irremediablemente con ellas, arrojándalas después al olvido. Y me arrepiento.
Eran mis zapatillas de la pausa en el camino. Aquellas que me invitaban a descansar, sentarme y atar sus cordones cada cierto tiempo. Imperfectas bajo el patrón de su teórica utilidad, y aún así preciosas e insustituibles.
En cada pausa para enredarlas de nuevo, fuertemente, a mis pies, en cada pausa, me recordaban la necesidad de dirigir primero la vista atrás, para después otear lo que aguarda más allá del horizonte.
El camino y la pausa, a partir de hoy, sin cómplices de ajada estampa y poco habituales colores. A la búsqueda del brillo en la oscuridad.
miércoles, julio 14, 2010
domingo, abril 04, 2010
El desengaño
Mientras leo a Seth Godin en "¿Todos los comerciales son mentirosos?", me topo nuevamente con el desengaño, según el diccionario de la RAE:
Seth Godin es un gurú de la Red, su lectura podría ser considerada business-related o cualquier otra cosa. Cito:
El desengaño del que hablo no es exactamente el conocer la verdad, sino en *toparse con ella* cuando confiabas en poder transformar la realidad por obra y gracia del mero deseo. En términos estadísticos, nuestra "verdad" auto-sugestionada es más improbable que la realidad, pero no por ello menos cierta.
Es curioso e incluso sorprendente hasta que punto nos engañamos a nosotros mismos, o dicho de otro modo, como nos hacemos tremendas ilusiones con sucesos muy poco probables. Y, en mi opinión, no tiene nada de malo.
Como auto-nombrado inventor de historias, aceptando la realidad como una mera percepción, lo único requerido al mentirse a uno mismo es estar dispuesto a aceptar el brusco tropiezo con la realidad con deportividad.
Una vez se desvanece del todo la posibilidad del suceso X, debemos remover nuestra experiencia vital en la búsqueda de los ingredientes para crear nuevas y mejores historias, y así ad infinitum.
No todos los deseos se satisfacen a través de las historias que nos contamos para mentirnos a nosotros mismos, pero sí son la base fundamental de la ilusión. Y la ilusión es siempre bienvenida, por muy atractiva que sea nuestra aparente realidad.
1. Conocimiento de la verdad, con que se sale del engaño o error en que se estaba.
2. m. Efecto de ese conocimiento en el ánimo.
Seth Godin es un gurú de la Red, su lectura podría ser considerada business-related o cualquier otra cosa. Cito:
Las historias sirven para contarnos mentiras a nosotros mismos. Y esas mentiras satisfacen nuestros deseos
El desengaño del que hablo no es exactamente el conocer la verdad, sino en *toparse con ella* cuando confiabas en poder transformar la realidad por obra y gracia del mero deseo. En términos estadísticos, nuestra "verdad" auto-sugestionada es más improbable que la realidad, pero no por ello menos cierta.
Es curioso e incluso sorprendente hasta que punto nos engañamos a nosotros mismos, o dicho de otro modo, como nos hacemos tremendas ilusiones con sucesos muy poco probables. Y, en mi opinión, no tiene nada de malo.
Como auto-nombrado inventor de historias, aceptando la realidad como una mera percepción, lo único requerido al mentirse a uno mismo es estar dispuesto a aceptar el brusco tropiezo con la realidad con deportividad.
Una vez se desvanece del todo la posibilidad del suceso X, debemos remover nuestra experiencia vital en la búsqueda de los ingredientes para crear nuevas y mejores historias, y así ad infinitum.
No todos los deseos se satisfacen a través de las historias que nos contamos para mentirnos a nosotros mismos, pero sí son la base fundamental de la ilusión. Y la ilusión es siempre bienvenida, por muy atractiva que sea nuestra aparente realidad.
viernes, marzo 19, 2010
Manifiesto “En defensa de los derechos fundamentales en internet” II
Ante la inclusión en el Anteproyecto de Ley de Economía sostenible de modificaciones legislativas que afectan al libre ejercicio de las libertades de expresión, información y el derecho de acceso a la cultura a través de Internet, los periodistas, bloggers, usuarios, profesionales y creadores de internet manifestamos nuestra firme oposición al proyecto, y declaramos que…
1.- Los derechos de autor no pueden situarse por encima de los derechos fundamentales de los ciudadanos, como el derecho a la privacidad, a la seguridad, a la presunción de inocencia, a la tutela judicial efectiva y a la libertad de expresión.
2.- La suspensión de derechos fundamentales es y debe seguir siendo competencia exclusiva del poder judicial. Ni un cierre sin sentencia. Este anteproyecto, en contra de lo establecido en el artículo 20.5 de la Constitución, pone en manos de un órgano no judicial – un organismo dependiente del ministerio de Cultura -, la potestad de impedir a los ciudadanos españoles el acceso a cualquier página web.
3.- La nueva legislación creará inseguridad jurídica en todo el sector tecnológico español, perjudicando uno de los pocos campos de desarrollo y futuro de nuestra economía, entorpeciendo la creación de empresas, introduciendo trabas a la libre competencia y ralentizando su proyección internacional.
4.- La nueva legislación propuesta amenaza a los nuevos creadores y entorpece la creación cultural. Con Internet y los sucesivos avances tecnológicos se ha democratizado extraordinariamente la creación y emisión de contenidos de todo tipo, que ya no provienen prevalentemente de las industrias culturales tradicionales, sino de multitud de fuentes diferentes.
5.- Los autores, como todos los trabajadores, tienen derecho a vivir de su trabajo con nuevas ideas creativas, modelos de negocio y actividades asociadas a sus creaciones. Intentar sostener con cambios legislativos a una industria obsoleta que no sabe adaptarse a este nuevo entorno no es ni justo ni realista. Si su modelo de negocio se basaba en el control de las copias de las obras y en Internet no es posible sin vulnerar derechos fundamentales, deberían buscar otro modelo.
1.- Los derechos de autor no pueden situarse por encima de los derechos fundamentales de los ciudadanos, como el derecho a la privacidad, a la seguridad, a la presunción de inocencia, a la tutela judicial efectiva y a la libertad de expresión.
2.- La suspensión de derechos fundamentales es y debe seguir siendo competencia exclusiva del poder judicial. Ni un cierre sin sentencia. Este anteproyecto, en contra de lo establecido en el artículo 20.5 de la Constitución, pone en manos de un órgano no judicial – un organismo dependiente del ministerio de Cultura -, la potestad de impedir a los ciudadanos españoles el acceso a cualquier página web.
3.- La nueva legislación creará inseguridad jurídica en todo el sector tecnológico español, perjudicando uno de los pocos campos de desarrollo y futuro de nuestra economía, entorpeciendo la creación de empresas, introduciendo trabas a la libre competencia y ralentizando su proyección internacional.
4.- La nueva legislación propuesta amenaza a los nuevos creadores y entorpece la creación cultural. Con Internet y los sucesivos avances tecnológicos se ha democratizado extraordinariamente la creación y emisión de contenidos de todo tipo, que ya no provienen prevalentemente de las industrias culturales tradicionales, sino de multitud de fuentes diferentes.
5.- Los autores, como todos los trabajadores, tienen derecho a vivir de su trabajo con nuevas ideas creativas, modelos de negocio y actividades asociadas a sus creaciones. Intentar sostener con cambios legislativos a una industria obsoleta que no sabe adaptarse a este nuevo entorno no es ni justo ni realista. Si su modelo de negocio se basaba en el control de las copias de las obras y en Internet no es posible sin vulnerar derechos fundamentales, deberían buscar otro modelo.
miércoles, marzo 10, 2010
Por qué formar parte de La lista de Sinde
Hay muchos motivos para formar parte de La lista de Sinde.
El más obvio, quizás, sea la necesidad irrefrenable de exclamar "el Rey está desnudo!". A nuestra democracia y a nuestro Gobierno (lo hayamos votado o no es el nuestro), se la han "colado".
Aprovechándose de su ignorancia digital, y de su obsesión por seguir acompañado por populares artistas en las fotos de campaña, la auto-denominada Coalición de Creadores ha conseguido crear un poder judicial propio.
Como el contexto es de sobra conocido, me gustaría centrarme en otros motivos más prácticos y desenfadados por los que sumarse a La lista de Sinde:
1) Desobedecer mola.
Pertenecer a La lista de Sinde es desobediencia civil, autoinculparse de un no-delito que el poder judicial paralelo condenará a la hoguera de la censura. ¿Os habéis hecho viej@s ya para poder desobedecer, por el mero gusto de hacerlo, a papá o mamá? Aquí tenéis una nueva oportunidad para disfrutar cual Bart Simpson saltando en los charcos.
2) Comidas familiares.
Ya no hay grises con porras ante los que poder correr cual alma que lleva el diablo. Cuando en el futuro os sentéis a la mesa con vuestra familia política, ¿de qué afán de libertad juvenil vais a presumir ante el cuñado de turno?. Una web censurada vende mucho, aunque en ella sólo tuvierais las fotos de vuestra última juerga de solteros...
3) Lo rebelde nunca pasa de moda, y además es sexy.
Si no te van los tatuajes de futbolista, los peinados "Tokio Hotel" o los piercings everywhere... La rebeldía a Sinde llama a tu puerta con la fuerza de un James Dean friki resucitado. No dejes pasar esta oportunidad, rebélate con causa.
4) Estás en la lista!
Por fin, tras años sin ver tu nombre ni en la convocatoria del equipo de fútbol sala de los colegas, puedes volver a imaginarte la dulce voz de tu profe de secundaria pasando lista y pronunciando tu nombre y apellidos. Tal vez recibas un carta para-judicial en casa, o un email al info de tu blog, pero tu nombre estará en una lista, por fin.
5) Monumento al internauta desconocido.
No seas modesto, te gustaría ver tu figura (retocada apropiadamente con Gimp) presidiendo la plaza de tu pueblo, aunque fuera sólo para servir de WC a las palomas.
Tal vez esta historia no dé para tanto, pero sin duda verás tu nombre en la lista (y van dos!) de represaliados cuando la cordura digital gobierne en España, es algo puramente generacional. Y con seguridad habrá un monumento a aquellos blogs y webs desconocidas que jamás volvieron a ver la luz eléctrica de la Red.
6) Tocar los eggs a Teddy Bautista, Ramoncín y otros tantos de la misma calaña.
Si nada de lo anterior te sirve, si sólo te mueve el molestar sin más, sin rencor y sin acritud por mi parte, ¿no provocan esos nombres un profundo malestar en lo más hondo de tu ser internauta? Si eres un "toca huevos" profesional, empléal en algo útil esta vez.
Y así, habiendo mentado a los ideales para muñeco vudú de todo friki internauta, pongo a lafiebredeloro y a un servidor a disposición de la comisión para-judicial del Ministerio de (in)Cultura.
El más obvio, quizás, sea la necesidad irrefrenable de exclamar "el Rey está desnudo!". A nuestra democracia y a nuestro Gobierno (lo hayamos votado o no es el nuestro), se la han "colado".
Aprovechándose de su ignorancia digital, y de su obsesión por seguir acompañado por populares artistas en las fotos de campaña, la auto-denominada Coalición de Creadores ha conseguido crear un poder judicial propio.
Como el contexto es de sobra conocido, me gustaría centrarme en otros motivos más prácticos y desenfadados por los que sumarse a La lista de Sinde:
1) Desobedecer mola.
Pertenecer a La lista de Sinde es desobediencia civil, autoinculparse de un no-delito que el poder judicial paralelo condenará a la hoguera de la censura. ¿Os habéis hecho viej@s ya para poder desobedecer, por el mero gusto de hacerlo, a papá o mamá? Aquí tenéis una nueva oportunidad para disfrutar cual Bart Simpson saltando en los charcos.
2) Comidas familiares.
Ya no hay grises con porras ante los que poder correr cual alma que lleva el diablo. Cuando en el futuro os sentéis a la mesa con vuestra familia política, ¿de qué afán de libertad juvenil vais a presumir ante el cuñado de turno?. Una web censurada vende mucho, aunque en ella sólo tuvierais las fotos de vuestra última juerga de solteros...
3) Lo rebelde nunca pasa de moda, y además es sexy.
Si no te van los tatuajes de futbolista, los peinados "Tokio Hotel" o los piercings everywhere... La rebeldía a Sinde llama a tu puerta con la fuerza de un James Dean friki resucitado. No dejes pasar esta oportunidad, rebélate con causa.
4) Estás en la lista!
Por fin, tras años sin ver tu nombre ni en la convocatoria del equipo de fútbol sala de los colegas, puedes volver a imaginarte la dulce voz de tu profe de secundaria pasando lista y pronunciando tu nombre y apellidos. Tal vez recibas un carta para-judicial en casa, o un email al info de tu blog, pero tu nombre estará en una lista, por fin.
5) Monumento al internauta desconocido.
No seas modesto, te gustaría ver tu figura (retocada apropiadamente con Gimp) presidiendo la plaza de tu pueblo, aunque fuera sólo para servir de WC a las palomas.
Tal vez esta historia no dé para tanto, pero sin duda verás tu nombre en la lista (y van dos!) de represaliados cuando la cordura digital gobierne en España, es algo puramente generacional. Y con seguridad habrá un monumento a aquellos blogs y webs desconocidas que jamás volvieron a ver la luz eléctrica de la Red.
6) Tocar los eggs a Teddy Bautista, Ramoncín y otros tantos de la misma calaña.
Si nada de lo anterior te sirve, si sólo te mueve el molestar sin más, sin rencor y sin acritud por mi parte, ¿no provocan esos nombres un profundo malestar en lo más hondo de tu ser internauta? Si eres un "toca huevos" profesional, empléal en algo útil esta vez.
Y así, habiendo mentado a los ideales para muñeco vudú de todo friki internauta, pongo a lafiebredeloro y a un servidor a disposición de la comisión para-judicial del Ministerio de (in)Cultura.
viernes, febrero 26, 2010
La pérdida
Llegó a su vida sin anunciarse,
sorprendió a su sonrisa, anegada tras un océano de tiempo pasado.
Lució el sol con fuerza,
evaporando mares de perennes recuerdos.
Embriagada por la alegría,
evitó cuestionar su origen,
hasta hallarse en un desierto de imposible soledad.
No fue la naturaleza del huésped,
sino el brote de la duda,
quien precipitó el nuevo ciclo.
La consciencia innecesaria del anfitrión,
su búsqueda de la razón,
el inalcanzable sosiego...
Así se forjó la pérdida,
esperando ya otro día de cegadora luz.
sorprendió a su sonrisa, anegada tras un océano de tiempo pasado.
Lució el sol con fuerza,
evaporando mares de perennes recuerdos.
Embriagada por la alegría,
evitó cuestionar su origen,
hasta hallarse en un desierto de imposible soledad.
No fue la naturaleza del huésped,
sino el brote de la duda,
quien precipitó el nuevo ciclo.
La consciencia innecesaria del anfitrión,
su búsqueda de la razón,
el inalcanzable sosiego...
Así se forjó la pérdida,
esperando ya otro día de cegadora luz.
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