Entre los millones de leyendas urbanas que circulan por Internet y los mentideros de cualquier facultad, existen una multitud de ellas relacionadas sobre cómo cierta gente consiguió terminar su carrera. Yo conozco alguna relacionada con entregas de PFCs y otras tantas sobre cómo aprobar un último examen. Hace pocos días, he tenido la oportunidad de constatar una muy popular y conocida: la leyenda urbana del chirimbolo.
Por chirimbolo, entendemos el auricular o similar conectado al móvil o walkie-talkie. El examinado en cuestión se las ingenia para ocultar el aparato en su oreja, posiblemente cubriéndolo con su cabellera, y se ayuda de un buen jersey de cuello alto para cubir el cable conectado al móvil en su cintura. Su cómplice le dicta las respuestas desde fuera del edificio y nuestro anti-héroe se limita a redactar al dictado.
Cuando decía que hace poco había comprobado la veracidad de esta tan popular historia para no dormir, era porque una amiga mía se ha valido de tal arte para dar por finiquitados sus estudios universitarios. No diré su nombre ni daré pistas, no vaya a ser que este mensaje en una botella llegue a las manos equivocadas a través del océano Internet. Simplemente, puedo contaros que los detalles de la operación “última asignatura” son tan rocambolescos, increíbles y divertidos como los de cualquier leyenda urbana ficticia.
A muchos os parecerá que mi amiga ha finalizado su carrera sin merecerlo. Ella tenía cierto sentimiento de culpa, pero yo, tipo honesto y recto donde los haya, he creído adecuado consolarla recordándole la imagen de Bush en uno de sus discursos de camino a la presidencia de USA. Si un candidato a presidente utilizó el método del chirimbolo como medio para llegar a gobernar Yankilandia, la falta de amiga es menor, casi inapreciable diría yo.
Estoy seguro de que todos vosotros recordáis el “alien” que llevaba George W. Bush [wikipedia.org] bajo la chaqueta durante aquel discurso, así como el chirimbolo en su oreja. El pobre no tenía el pelo largo para ocultarlo, ni pudo utilizar la táctica del jersey flojo de cuello alto debido al protocolo de chaqueta y corbata. Muchos pensarán que alguien le estaba dictando el discurso y él se limitaba a responder, pero yo creo que sería cualquier otra cosa: carrusel deportivo o un teléfono erótico son opciones mucho más probables para mí.
Al fin y al cabo, nuestro querido amigo finalizó sus estudios universitarios en Yale, una de las más prominentes universidades americanas. Por lo cual, con seguridad es perfectamente capaz deprestar atención al pí-pí-pí de los goles o los gemidos de placer al otro lado del teléfono, y recitar al tiempo para las masas de forma grandilocuente.
En cualquier caso, por desgracia, un PFC de II en FIC exige algo más, no llega con dejarse el pelo largo, o ponerse peluca, y repetir cuál loro lo que otro dicta. Yo me he vuelto a matricular, por cuarta vez. En esta ocasión, confío en tener la voluntad para hacerlo y entregarlo, por lo que si me veis el día de la defensa ante el tribunal con unas recién estrenadas greñas hasta la cintura, consideradlo un simple e inocente cambio de look.
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