domingo, septiembre 11, 2005

Mami, sólo 5 minutos más...

"Eso de que vas a California a estudiar no se lo cree ni tu madre", me espetó un buen amigo días antes de subirme en el primero de los tres aviones que posibilitarían mi llegada a San Diego.


La gente de España con la que he hablado estos últimos días, así como aquellos que envían emails o escriben comentarios en el blog, piensan que mis días en California son básicamente playa, fiesta y siesta (por cierto, estas dos últimas palabras han perdido parte de su carácter exclusivamente español, son ya internacionales y forman parte de muchos otros idiomas, como he podido comprobar en San Diego). Lo cierto es que no los culpo, ya que viendo las fotos en flickr y leyendo mis últimos posts es complicado imaginar o siquiera plantearse cualquier otra cosa, como que voy a clase todos los días o que tengo algún examen cerca.


Como comprenderéis, resulta mucho más atractivo publicar fotos y escribir acerca de fiestas, barbacoas y sonrisas que de mi vida cotidiana, por otro lado también ilusionante y divertida.


En cualquier caso, recientemente le he facilitado a mi hermana tanto la url del blog como la de las fotos, por lo que espero que mi madre pueda también leerme y verme a través de la red alguno de estos días. Por esto último, por y para tí, mami, va dedicada esta nueva entrada de mi diario californiano.

He pronunciado tantas y tantas veces las palabras que dan titulan a entrada del blog a lo largo de mi vida... Y quién no? Acaso, durante vuestros años de escuela, instituto y, quizás, universidad, si pasastéis estos últimos años en el hogar materno, no rogabáis a vuestra madre esos 5 minutos más de sueño?, ese estado entre consciencia e inconsciencia tan magistralmente descrito por Milan Kundera en La vida está en otra parte.


Tal vez vosotros no fuerais tan afortunados como yo, pero lo cierto es que guardo un recuerdo imborrable de todas aquellas mañanas lluviosas en las que mi madre me despertaba y yo pedía, con voz somnolienta, unos minutos más, en muchas ocasiones aún en pleno y profundo sueño.


Ese estado de sueño-vigilia, uno de los mayores placeres de la vida, de lo cotidiano, es algo de lo que sigo disfrutando, claro que la maravillosa voz de mi madre y mi petición somnolienta de clemencia ha sido substituída por la alarma y el consiguiente manotazo desesperado al snooze del despertador.


Aquí, en San Diego, en cierta forma, también tengo alguien ocupado de obligarme a poner pie a tierra por las mañana. A diario, mi compañera de apartamento, Judith, me recuerda que la hora de salida hacia el gimnasio son las 7:15am. Es evidente el choque de culturas. Para ella, mis 5 minutos son una impuntualidad repetitiva y cansina. Para mí, es una parte irrenunciable, aunque algo absurda, de mi de recuerdo del hogar y sentimiento patrio.


Sí, cada mañana, antes de entrar en clase a las 9am, voy al gimnasio a sudar un poco y mantener la razonable buena forma con la que llegué a USA. Aunque no vaya a intentar mantener la barriguita a raya y engordar mis bíceps (ver en el post "Tetas y culos" cuan imporante es ir al gimnasio en California), acompaño siempre a Judith a la universidad a las 7:15 para estudiar o acabar mi homework no hecho el día antes.


Entre las clases, la comida y la biblioteca o laboratorio de idiomas paso el día hasta las seis o siete de la tarde, cuando me escapo de nuevo en trolley hacia Newport Place.


GMAT, TOEFL y la asignatura Marketing of Technology de la Universidad Estatal de San Diego ocupan y ocuparán la mayoría de mis horas de lunes a viernes, además de alguna otra también los fines de semana.


Podría hablar mucho sobre lo poco que conozco de la vida académica en la universidad americana, o un poco de porqué puedo ir a una clase -Marketing of Technology- reservada a postgraduados, pero creo que necesitaría otra entrada entera para ello, y esta ya se está alargando demasiado.


En resumen, mami, tu hijo está aquí también para disfrutar, estudiando, su vuelta a la Universidad. Y sus días pasan entre clases y libros, además de playa, fiesta y siesta.


Cada mañana, cuando el insoportable sonido del despertador interrumpe mi sueño y mis sueños, mientras replico con toda la energía de la que puedo hacer gala antes de las siete de la mañana, recuerdo aquellos días lluviosos de instituto en Vigo y también, al menos por unos instantes, escucho la voz de mi madre intentando despetarme y le respondo: "mami, sólo 5 minutos más..."


un beso grande para tí y otro para mi hermanita

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Goooooooooood Morning San Diego!!!!!!!!

Bueno, bueno, tras largos días de intriga y dolor de barriga, al fin descubro dónde estás. No quería iniciar mi andanza en este blog con reproches, pero las circunstancias no me dejan otra alternativa:
Los primeros días, inocente yo, todavía conservaba la esperanza de que te acordases de mi. El lento transcurrir del tiempo en soledad (Sí. Intento dar pena y esto solo es el principio de un chantaje emocional) y el outlook (que se declaró en huelga tras pulsar "enviar y recibir" más de 100 veces en una hora) me impidieron engañarme más: "Ya no me querías". Sin embargo, no me iba a rendir tan pronto y decidí iniciar las pesquisas para localizarte (y reprocharte el dolor causado).
La investigación dio frutos con rapidez, pues localicé a un par de confidentes que conocían el secreto mejor guardado desde que se descubrió la identidad de garganta profunda (claro está, me refiero al caso watergate y el primer chiste podría desatar una guerra de descalificaciones de consecuencias inimaginables). Después de ofrecer cantidades ingentes de dinero, sexo oral(sin mariconadas) y el secreto de la eterna juventud, una botella de white label(sigues pidiendo guait label o ya pides guait leibol. Con la pasta que te estás gastando, al menos tiene que parecer que has aprendido inglés) obró el milagro y oí esas palabras que todavía resuenan en mi cabeza: "No hay fallo, te mando un forward con la dirección del blog de Javi a tu correo""Que no, que no me olvido". Espero que dichos confidentes no trabajen nunca en un servicio de transplantes. "No se preocupe señora, en cuanto llegue el primer riñón compatible la llamamos" "Que no, que no me olvido".
Mi candidez, que más que risa ya provocaba nausea, recibió su penúltima patada en la entrepierna. No volví a tener noticias de estos impresentables, cuya identidad no desvelaré por si le parece mal a Pablito o a Samuel. De todos modos, quiero expresar desde aquí mi más sincero respeto por la útil e imprescindible profesión de sus respectivas madres. Vale, vuelvo al tema.
La desesperación empezaba a tomar las riendas de mi voluntad (snif, me cuesta mucho seguir describiendo este horrible pasaje) e hice cosas de las que me avergüenzo. Correos desesperados a todas tus cuentas conocidas y hasta una búsqueda en Google (qué lamentable!). Infructuosa, por supuesto. Cuando se acabaron las ideas llegó la nada, el vacío, la más profunda soledad. Tu ausencia ya no podía olvidarse con la esperanza del reencuentro (Ay! Voy a limpiarme las gafas que no uso) Y en este lamentable estado me encontraba, debatiendo si cortarme las venas, pegarme un tiro o salir una noche de borrachera al ritmo de Samuel, cuando llegó. Sí, llegó! Allí estaba él, discreto, sin aspavientos, entre una oferta de módulos de membrana y un correo de mi compañero de piso. No sé que me ha llevado a ver el correo hoy: intuicíon, telepatía, profundo aburrimiento en el trabajo? Tal vez sea que lo hago todos los días, pero qué importa. La cuestión es que:


TE HABÍA ENCONTRADO!!!


Aunque las secuelas psicológicas de estos horribles días no se borraran con facilidad.

Anónimo dijo...

Venga, ya pasó, ya pasó. No llores más, que esto todavía es solucionable.

Si fuese una mujer, hubiese empezado la larga búsqueda (ríete tú de Marco) con un claro objetivo: Poder mandarte a tomar por culo. No te perdonaría que no te hubieses asegurado de que me enteraba de tu dirección del blog.
Pero....soy un hombre.

Sí. Siento decirlo así, sin prepararte para ello. Soy un hombre, por lo menos de momento. Y lo que hasta ahora ha sido una putada para ti (y una alegría para mi. Me hubiese traumatizado sufrir el baile del cinturón) tiene su lado positivo: Podría perdonarte esta grave afrenta y seguir visitándote en tu blogito.

¿Por qué? Porque nuestra duradera amistad es muy fuerte, por la promesa de grandes(quiero decir cachondos, pero suena menos solemne) momentos y, SOBRE TODO, por la preciosa camiseta (o regalo de valor similar) que me vas a traer de San Diego. Lo más importante es lo de la camiseta (recuerda lo muchiiiiiiisimo que he sufrido por tu culpa).

Ahhh! También quiero una dedicatoria personal en el próximo post, que ya has cumplido con la familia, y una disculpa pública (Recuerda que ya no cabe más dolor en mi alma, snif!).

Por cierto, prepara otra camiseta para Roque que también está muy afectado porque no lo nombraste en tu despedida.

Te dejo que mi productividad ya es negativa.

Anónimo dijo...

Bouzadísima!,

i am sorry por no haberte informado antes del blog, pero la culpa no ha sido del todo mía, como ya sabes, sino de la conexión desde Newport, que se ha empeñado en no entregarte los emails que te envié al llegar.

En cualquier caso, lo siento, la camiseta te la has ganado. A ver si encuentro alguna por aquí de esas que luego te dé verguenza ponerte :)

Por cierto, con lo mal que se te daban los comentarios de texto en COU y lo bien que escribes estos emails/comentarios, eh? Rodolfo estaría orgulloso de tí!