domingo, septiembre 04, 2005

Tetas y culos

Ante las insistentes peticiones y aparente falta de interés por las entradas actuales del blog, he decidido dar un pequeño giro de estilo y tratar temás más "interesantes" para la audiencia. No será un giro al centro, como aquél protagonizado por el PP y Aznar en su momento, sino un giro brusco y vertiginoso hacia ninguna parte, por pura diversión.


Qué es lo que vende en "este País" (no se dice este País, se dice Erspaña!)? Pues, obviamente, la "carne". He de decir que, más allá del kilo de carne, el morbo, lo estrafalario y salido de tono sería incluso más apetecible para mis queridos y ocasionales lectores, pero esto todavía no es Crónicas Marcianas...


Hace ya unos cuantos años, un amigo y compañero de Universidad algo más viejo y sabio que yo, me explicaba con cierta sorpresa (ante mi ignorancia) una teoría sobre el sexo masculino y su interés físico por el opuesto.


Según él y la cultura popular más arraigada, con respecto al interés y gusto por las mujeres, existen tan solo dos tipos de hombres: aquellos que prefieren las tetas y aquellos que prefieren los culos.


Aunque en aquel preciso momento yo no supe posicionarme en ninguno de los bandos, con el tiempo he aprendido que pertenezco claramente al segundo grupo. Es decir, con respecto al físico, en las mujeres priorizo mis parejas sexuales dando más importancia a que me guste su culo que sus tetas.


Decir, sin tapujos, "soy un hombre al que le gustan los culos más que las tetas" podría servir, fuera de contexto, como motivo de mofa, escarnio y "maldicir", pero...


En USA, tan enamorados de lo políticamente correcto, esta entrada podría incluso herir sensibilidades, pero siendo este un blog que no pretende ser correcto ni herir sensibilidades, me sirvo de esta pequeña historia personal para introducir el verdadero asunto de este post: hombres/chicos, mujeres/chicas y playas en California.


Muchos de los que no hayáis tenido la suerte de visitar las playas del Pacífico en California, podéis ver las fotos de este afortunado especimen de la naturaleza (yo) en Pacific Beach (San Diego, CA) en flickr: http://www.flickr.com/photos/lafiebredeloro


Supongo que la mayoría, debido a las películas sobre California y su mente calenturienta, imagina sus playas y alrededores llenas de patinadoras rubias en bikini, además de salvavidas enfundados/as en pequeños y ajustados bañadores rojos.


La realidad, que muchas veces supera la ficción, en este caso sólo forma parte de ella. Las playas son tan inmensas y están asestadas de tal forma que, lógicamente, todo cabe, incluyendo bellas patinadoras en bikini.


Cierto es que, entre toda esa marabunta humana cegada por el sol y enloquecida por el calor, algunos detalles no se escapan a unos ojos aviesos de conocer la realidad yankie como los de quien suscribe: el culto al cuerpo es una característica innegable de la juventud estadounidense o, al menos, de los chavales y chavalas que toman cerveza, comen pizza, burritos y hamburguesas, charlando de pie a 30 grados bajo el sol, un sábado por la tarde sobre la arena frente al Pacífico.


Sí, abdominales, bíceps y otros músculos apreciados entre los hombres, los cuales muchos de nosotros ya hemos olvidado dónde se encuentran, campan a sus anchas por la arena, poniendo en evidencia a cualquier vigués-coruñés esforzado por ir al gimnasio al menos un par de veces por semana.


Las chavalas/mujeres/chicas californianas no se quedan atrás. Sin embargo, imagino que debido a una dieta rica en fast food y comida precocinada, los culos (sí, los culos) de las estadounidenses en California se ven superados de forma absoluta en la comparación por sus tetas (sí, por sus tetas), me permito especular que debido a la moda de la cirugía estética y su alto nivel adquisitivo.


Con todo, bien es sabido que una de las principales características del ser humano es su increíble capacidad de adaptación, por lo que este modesto vigués-coruñés, buscando oro en California, tendrá que cambiar aquella respuesta y preferencia juvenil para adaptar sus gustos a la realidad californiana.


Hoy, a pesar de la difícil elección entre Pacific/Mission/Coronado Beach y las playas de México, he optado por estas últimas, y en un par de horas espero estar tostándome frente al Pacífico del gran vecino del sur.


Prometo, en mi próxima entrada, algunos comentarios sobre mi actual visión de la sociedad americana, o las playas y noches de México. Tal vez cuente algo sobre la Universidad de San Diego, quien sabe...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Veo que mal del todo no te lo estas pasando. Solo quería animarte a que nos sigas contando tus aventurillas americanas en busca del oro, aunque todos sabemos a que oro te refieres...

Me piro al gimnasio, a ver si dentro de unos años me puedo pasear tranquilo por las playas californianas.

Un abrazo muy grande

Anónimo dijo...

Sebas, qué bueno que viniste!

Tuyo es el gran honor de haber escrito el primer comentario en mi blog. Gracias por haber estrenado el espacio destinado a mis amigos lectores.

Con respecto al "oro", me temo que no es tan sencillo como lo que estás, seguramente, pensando (mente sucia :P), sino algo un poco más complejo y largo de explicar. Tal vez escriba sobre ello antes de volverme a España...

Como en diciembre, a partir del 19-20, estaré en Vigo, espero que podamos vernos y tomarnos unas cervecillas a la salud de los/las californianos/as, ok?

un abrazo igual de grande!

Anónimo dijo...

El problema es que tengo la "mirada sucia"