martes, octubre 04, 2005

El muro de Berlín

De forma absolutamente excepcional, hoy he decidido restar alguna hora más de lo habitual a mis sueños y sueño, aprovechando la relativa soledad y tranquilidad en la que me encuentro en Newport Place (extraña para no ser domingo), para escribir dos entradas consecutivas en el blog. Esta era la prevista y planificada (mentira cochina!, desde cuándo se planifican los posts en este blog?), siendo la anterior fruto del momento y la extraña conjunción de los astros en el peor día de la semana.


Como todos mis extraordinariamente cultivados lectores y lectoras sabrán, hoy (era 3 de octubre en San Diego cuando comencé a escribir) es el decimoquinto aniversario de la Reunificación entre la Alemania del Este y la del Oeste en la actual y única Alemania. Algunos meses antes, en 1989, caía El Muro de Berlín, y cientos de miles de alemanes y alemanas corrían a abrazarse, entre sollozos e incontenible alegría, sobre los cascoques de aquello que incompresiblemente los había separado, a ellos y al resto de los europeos, durante décadas.


Yo, a pesar de que todavía no había alcanzado los 11 ni entendía muy bien qué significaba todo aquello, recuerdo que sentí verdadera emoción al ver tanta gente, primero golpeando un muro hasta hacerlo caer, y después corriendo, llorando, riendo, saltando sobre los escombros... Supongo que es difícil no emocionarse al ver tanto sentimiento desbordando la pantalla, tenga uno 10 o 90 años.


Por este motivo, la gran mayoría de alemanes/as de Newport Place, algunos del ya antiguo Este y otros del igualmente antiguo Oeste de su país, se encuentran hoy cenando en casa de algún otro alemán para celebrar aquel nuevo comienzo.


Como no podía ser de otro modo, esta entrada del blog va dedicada a mis amigos y, principalmente, amigas alemanas en Newport Place.


No me han invitado a su cena/fiesta. No es que fuera algo reservado únicamente a alemanes, porque parece ser que también había gente de otros países, pero el único españolo de Newport no ha sido invitado a ella. Reconozco que no me molesta, porque como siga compartiendo mi tiempo con germanas acabaré sintiéndome como un español en Munich, en lugar de un vigués-coruñés buscando oro en California. Eso sí, si tuvieran un poquito de "educación española", me hubieran comentado amablemente la existencia de la cena y los motivos por los que querrían llevarme pero bla, bla, bla... Por suerte o por desgracia, me temo, no son españolas.


No voy a cometer el error de generalizar, porque al fin y al cabo, aunque he conocido ya unos cuantos alemanes y alemanas a lo largo de mi vida en mis, no muy frecuentes, viajes (Bouzadita, recuerdas como yo a las alemanas de Copenhague, verdad?), sólo he cambiado unas palabras más allá del saludo cordial con una docena de ellos/as. A lo largo de estas primeras seis semanas en San Diego, he tenido la oportunidad de tener más de una conversación medianamente extensa con varias de mis amigas, además de haber compartido mucho tiempo, y sufrido los choques de culturas y costumbres.


Por encima de todo, he sacado una conclusión: si no eres alemán, no eres alemán. No lo intentéis, no consigueréis haceros pasar por uno/a, se acabarán dando cuenta. Os lo digo con conocimiento de causa. Esto no es malo ni bueno, simplemente, es así.


Tras pasar de puntillas por este pequeño detalle, sin ánimos para intentar explicar afirmación tan contundente, he de romper una lanza en favor de mis amigas alemanas: Judith, Mandy y Laura. Son estupendas.


Obviamente, sería un estúpido si dedicase un post a mis amigas alemanas y no les tirase flores, porque gran parte de mi tiempo de ocio lo paso con ellas, además de la posibilidad de que envenenen mi comida cuando le toca a alguna de ellas, y no a mí, preparar el clásico lunch de pasta y ensalada de fin de semana. A pesar de su escaso o nulo conocimiento de español, las herramientas de traducción on-line las capacitan para entender todo esto y, en su caso, utilizarlo en mi contra. Por supuesto, llevo semanas amenazándolas con escribir sobre ellas, y saben perfectamente dónde encontrar tanto mi blog como mis fotos.


A pesar de su manía de hablar principalmente en alemán y excluirme de sus conversaciones de "solo-mujeres" (como si yo no pudiera pasar por chica, alemán o lo que sea cuando haga falta), estos últimos días se han esforzado por no hacerme sentir como un español en Munich.


Todo es cuestión de etapas. Una semana me tienen a cuerpo de rey sentándome a la mesa sin otra tarea que la de fregar algunos cacharros, y otra planifican su viaje de mujeres alemanas a Los Ángeles sin decir absolutamente nada. Con todo, el balance, he de decir, es muy positivo. Gracias a ellas he conocido casi todas las playas de San Diego, sus clubes y restaurantes... Gracias a ellas no necesito planificar ni preocuparme por mi ocio el fin de semana. Si no tengo ningún otro plan, o simplemente me apetece, siempre soy bienvenido a unirme a su fiesta, sea cual sea... Gracias a ellas, a pesar de la relativa barrera del idioma, me siento escuchado cuando me hace falta, y a menudo comparten conmigo partes de su vida pasada o presente como si yo fuera una alemana más...


Hoy por la tarde, por ejemplo, hemos cerrado la reserva del hotel en San Francisco, lo que unido a los billetes de avión, me permitirán visitar hacia finales del mes de octubre, acompañado por Laura y Christina, esa incomparable ciudad. Todavía no he conseguido encontrar a nadie que no cuente maravillas de San Francisco, así que espero impaciente el poder relatarlo con mis propias palabras unas semanas. Laura y Christina son amigas y habían planificado su viaje hace tiempo, pero Laura se ha apiadado de mí, y también de mis enormes ganas de visitar la ciudad más europea de USA, para invitarme a acompañarlas, dejando de hablar en alemán por unos días.


Hace no mucho se ganaron definitivamente esta entrada en el blog: me dijeron que era una "persona (realmente) especial", no como eufemismo para tacharme de raro ni entre copas a las tantas de la madrugada en medio de la clásica exaltación de la amistad, sino como verdadero piropo y regalo de unas alemanas a un humilde vigués-coruñés. Todo el mundo es especial por algo o con alguien, pero escucharlo, aunque sea ve de vez en cuando, es absolutamente inigualable.


Para restarle algo de sentimentalismo a todo esto, chicas, he de decir que he cumplido con al menos una de vuestras peticiones, en parte por lo mucho que me cuesta decir que no a una mujer (cuanto más a dos o tres), y en parte por lo bien tratado que me siento por vosotras: sí, me he afeitado los sobacos!. Ya no tendréis que sentir el disgusto de ver mis negros pelos bajo los brazos en la playa ni con mis camisetas sin mangas, al menos por unos días o semanas. Si en Alemania están mal vistos los sobacos peludos, causándoos verdadero malestar, vosotras pedís y yo obedezco. Sigo sin ser metrosexual, pero sirva este gesto para complementar mi público regalo.


Sexo débil o no, mujeres alemanas o de cualquier otro lugar del mundo, Ellas acostumbran a salirse con la suya. Quién sabe, tal vez aquel piropo fuera parte del plan para librarse de la horrible visión de mis antiguos peludos sobacos, aunque yo prefiero quedarme con que este vigués-coruñés, como todos/as los/as demás moradores del Planeta, sigue teniendo un poquito de tío especial. Tal vez no mucho, pero sí lo suficiente para que alguien se lo recuerde, al menos, de vez en cuando.


Thank you nice girls! What are you doing next Saturday?

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Si ya deciamos por aqui que un poquito rarito si que eras... pero lo acabas de confirmar:

Punto 1. Quieres sentirte como una alemana más... coño, Javi, eso no se arregla ni con cirugía.

Punto 2. Tus propias amigas dicen que eres especial... "no comment"

Punto 3. Lo de afeitarse los sobacos... y donde queda el tan afamado "macho iberico"... un poquito de por favor

Anónimo dijo...

Joder, Javi! Me dejas a cuadros. Las chicas te pierden!
Pues nada, cuando quieras quedamos y te presto mi EpiLady.
Un besito!

Anónimo dijo...

Hola Sebas!,

Punto 1. De alemana nada, yo espanhol y muy espanhol, pero es q me tienen rodeado y no hacen prisioneros...

Punto 2. Soy especial, mucho mejor q te lo digan amigas q amigos, no? Gay ya saben q no...

Punto 3. En este tienes algo de razon, el "macho iberico" se ha convertido en el "macho iberico sin pelos en los sobacos", pero todavia conservo el resto de la pelambrera. Por otro lado, a la velocidad q crecen, volvere a ser el macho iberico de siempre en un par de semanas, don't worry! ;)

bicos

Anónimo dijo...

Hi Noelia!,

pero si q las chicas/mujeres me pierden ya lo sabes (de primera mano ademas)!

Si actuan en grupo y alguna es rubia me resulta casi imposible decir q no. Ellas piden/mandan y yo proveo/obedezco.

Te agradezco el ofrecimiento de la epilady, pero creo q de vuelta a Espanha recuperare mis espanholas costumbres... En mi grupo de amigos ya esta cubierto el cupo de metrosexuales

bsitos

Anónimo dijo...

Que te afeitaste os sobacos!! Vas-me voltar feito uma nena! :P

Bromas à parte, sei de gente de por aqui que também o fai, nom te sintas raro por isso...

Agora bem, o de metrosexual é uma moda que, como nom podia ser de outra maneira, tinha que acabar mais cedo ou mais tarde.

Agora o que se leva é ser übersexual ...