lunes, noviembre 14, 2005

Algo huele a podrido en Dinamarca

No, nos preocupéis, la entrada de hoy no será una disquisición sobre el clásico de Shakespeare. Yo no recuerdo si el libro con las obras de Hamlet y Macbeth está en la estantería de los libros a ser releídos o en la otra pared de mi habitación viguesa, aunque sí recuerdo haber releído parte del drama años después de mi clase de literatura mundial en 3º de B.U.P. Fue una de esas extrañas revisiones motivadas por una pregunta sin respuesta, en este caso debido a nuestro profesor de literatura de entonces.


Sebas, puedes decirle a tu padre que a día de hoy todavía no sé porqué en las obras de Shakespere los personajes femeninos siguen siendo representadas por hombres... Por cierto, no soy el único de aquella clase al que le pasa esto. En todo caso, para ciertas cosas, más vale tarde que nunca...


Por otro lado, el título de este post tampoco está motivado por mi viaje a Copenhague de hace unos cuantos años. En la semana escasa que estuve allí no sufrí ningún olor a podrido. La Sirenita, haberme quemado tomando el sol (increíble pero cierto) y las danesas permanecen en mi memoria, pero nada que ver con olores extraños.


Volviendo a Hamlet y a Dinamarca, el protagonista del monólogo más famoso de la historia de la literatura fingía su locura para poder desenmascarar al autor o autores de la conspiración para asesinar de su padre. Algo de conspiración tiene que haber también en lo que me volviendo loco en las últimas semanas, aunque no ha sido un fantasma el que se ha aparecido para advertirme.


Uno, dos, tres, cuatro y cinco. Esos son todos los quarters que he conseguido almacenar sobre mi escritorio esta semana. No es mucho, teniendo en cuenta que poner la colada supone 7 monedas de 25 centavos y la secadora requiere otras 4. Estas monedas son, por este motivo, uno de los valores más preciados en Newport Place, así como las copas de cristal para las noches alrededor de la botella de vino. Como de costumbre, una vez que suba este post, mendigaré por los apartamentos en busca de cambio o un alma caritativa que me permita lavar la ropa. Por suerte, algunas alemanas son bastante más aplicadas que yo en la recolección y clasificación de las deseadas monedas tras cada una de sus compras en el supermercado y, posiblemente, se apiadarán de mí y mi carácter despistado y poco previsor.


En cuanto a la conspiración de la que hablaba, tengo varios posibles candidatos a conspiradores del año. Entre los principales sospechosos están mi querido Schwarzie, tal vez harto de mis peticiones y alusiones continuas en el blog al respecto del deficiente servicio de buen tiempo en el sur de California; y también una hipotética pérfida alianza entre los fabricantes de secadoras y los de calcetines. Quien quiera que sea, está empeñado en que vuelva a usar flip-flops (el tiempo en noviembre no es tan bueno como para ir en sandalias), o que salga a la calle con calcetines de diferente color (no se puede entrar en los clubs de esa guisa). Intentan, sin duda, volverme loco, congelar mis pies o impedir mis juergas nocturnas, tal vez todo a la vez, pero no lo conseguirán.


Señores conspiradores, quienes quiera que sean, quiero comunicarles mi firme propósito de llegar hasta el final, caiga quien caiga, en esta pesquisa de culpables. Si mis calcetines siguen desapareciendo, tras pasar por la secadora, con la frecuencia actual, me veré obligado a informar a la policía, al F.B.I. y e incluso a la C.I.A., cuyos componentes no solo usan “ejecutivos” sino también armas de fuego. Considero de una atroz maldad por su parte el separar mis parejas de calcetines, raptando tan solo uno de los componentes de cada par cada vez que yo consigo mendigar los quarters necesarios para ir a la laundry. Mis calcetines todavía con pareja, viendo la pena de aquellos que sufren la vida en soledad, están comenzando a rebelarse, y amenazan con no dejarse llevar a lavar (y secar) nunca más.


No es que sean mis pies característicos de desprender horribles olores, como muchos otros españoles y españolas, pero la situación se está volviendo insostenible, tanta por el escaso número de parejas felices de calcetines y calcetinas que pueblan actualmente los cajones de mi armario metálico, como por la reticencia de los asustados con pareja a pasar por la secadora.


Con respecto a Schwarzie, por si fuera él, decirle que la amenaza de un nuevo Chernovil se cierne ahora mismo sobre el sur de California. No serán un reactor nuclear, no tendrán la característica principal de desprender olores nauseabundos, pero mis pies podrían solidarizarse con sus amigos y compañeros calcetines para provocar una catástrofe de magnitudes incalculables. La lluvia los lunes por la mañana sería un mal menor para los turistas si se vieran forzados a usar máscaras de gas, en lugar de gafas de sol, para salir a la calle... Algunos creen que el terrible olor que invadía Coruña en mi primer año académico se debía al derrumbamiento del vertedero de Bens, pero la realidad es que el responsable era uno de mis compañeros de piso, concretamente sus pies y calcetines nunca lavados, y mi pies aprendieron la lección para utilizar estos conocimientos si fuera necesario, como pudiera ser el caso.


En lo concerniente a la hipotética pérfida alianza de fabricantes de secadores y calcetines, muy señores míos, entiendo perfectamente los pingües y jugosos beneficios que podrán ustedes estar obteniendo con todo esto. Sé como lo hacen, uno de sus pequeños empleados vive agazapado en la secadora, cazando y alimentándose de calcetines antes felices, quebrando familias y obligando a los sufridos usuarios de máquinas de 25 centavos como el que escribe a comprar de forma continua e infinita miles de pares de nuevos calcetines. Sí, ya ven, los he descubierto, e informaré a las autoridades si no advierten a los pobladores de las dos secadoras de Newport Place que esta zona ha dejado de ser coto de caza para convertirse en zona protegida. No les voy a pedir que devuelvan los calcetines desaparecidos, pero sí que cofirmen su deceso para que sus atormentadas parejas pueden dejar de esperar su vuelta e iniciar una nueva vida. Creo que uno de mis solitarios y roídos calcetines blancos del gimnasio siente algo por una compañera de armario, también terriblemente sola, antes dedicada a vestir elegantemente mis pies para ir a trabajar. Una historia de amor antes imposible podría ser factible ahora. Piensen en ello, como modo de restituir parte del daño que han causado.


Yo, como pueden ver, Swcharzie o pérfida alianza, sigo conservando todos los dedos de mis pies. No se han congelado, ya que están acostumbrados a condiciones más abruptas de vida al otro lado del Atlántico. Tampoco me impiden la entrada en clubes nocturnos. A pesar de ser cacheado, mis largos pantalones ocultan la diferencia de color de mis calcetines. Y, sobre todo, como ven, conservo mi total y absoluta lucidez e inteligencia. No han conseguido ustedes volverme loco, aunque he de reconocer que han estado cerca...



4 comentarios:

Anónimo dijo...

Este no es muy bueno. Debes mejorar, pues estoy notando pérdida de interés. Escribe sobre alguna temática más interesante y hazlo con menos diferencia de tiempo, aunque sean post más cortos.
Un saludo y sigue, please.

javivázquez dijo...

Se agradecen los comentarios, aunque sean criticas :), y tb los animos.

No es perdida de interes hombre (o mujer), es q tengo un examen la semana q viene y uno no puede estar a todo.

De todas formas, creo q ha habido posts peores q este. No se si el "no es muy bueno" equivale a "es muy malo" o simplemente "tiene un pase"... En todo caso, sin sentirme especialmente orgulloso de mi "pezquenhin" sobre mis pbs con los calcetines y las secadoras, si me ha gustado escribirlo, y estoy razonablemente contento del resultado final.

Si tiene Ud. cualquier otra cosa, no se corte ;)

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo con ello. Este es uno de los pocos blogs del que he leído todos los posts. Ánimo, no lo dejes.
Últimamente noto algo de desánimo, espero que el examen te salga bien.

Un saludo desde Barça.

javivázquez dijo...

Hola usuario anónimo #2!,

es un poco raro saludar así, pero la verdad es que creo que estos dos comentarios son los primeros de gente "sin identificar" de todo el blog. :)

Al igual que a #1, te agradezco los ánimos. También te hago una pregunta: ¿lo del desánimo lo dices por mí, por el estilo de las últimas entradas del blog o por alguna otra cosa?

Entre tu visión de "desánimo" y la "pérdida de interés" de número #1 me habéis dejado algo preocupado, aunque repito que agradezco mucho los comentarios, sean por email, personalmente o en el blog (seguramente lo más adecuado es hacerlo así, en el propio blog).

En cualquier caso, podrías explicarme a qué te refieres? Si prefieres enviarme un email, aunque supongo que serás alguien conocido y ya lo sabrás, es el siguiente:
"javivazquez_9", en hotmail.com

Como "premio" a aquellos que se leen los comentarios del blog, decir que el post sobre los calcetines no surtió el efecto deseado.

Creo que los fabricantes de secadores (o los de calcetines) se cabrearon al verse acusados (tal vez sin motivo) e hicieron una llamada a los de lavadoras. En lugar de raptar otro de mis calcetines, ahogaron literalmente toda mi ropa en la colada del domingo, justo tras el post. Tras poner dos veces la secadora, una vez en cada una para evitar celos entre ellas, me tocó colgar la ropa en el "tendedero" de mi habitación (lámpara, sillas, etc.) para recogerla al día siguiente.

Menos mal que no plancho...