martes, marzo 04, 2008

Las patas de la cama

"Usted me dio la felicidad, luego me la quitó", decía un paciente de Wilson hace unos minutos en House, la serie médica preferida de un servidor.

Yo hace un par de días he recuperado el placer de dormir a más de unos pocos centímetros del suelo, he decir, he vuelto ponerle patas a mi nuevo somier, nueva cama sustituta de la rota anterior. Dormir a más de medio metro en lugar de a mucho menos no es como la felicidad, pero sí es acercarse un poquito más a ella.

¿Durante cuántos meses habéis dormido en el suelo, o con el colchón en el suelo, a lo largo de vuestra vida? Seguro que no muchos, o al menos no tantos como yo, que llevo unos cuantos entre pitos, flautas, compis saltando encima de mi cama y mi afición por el porno rompe-camas.

Dormir cerca del suelo es toda una experiencia. Al ser sobre un colchón es mejor que ir de camping. Además, por muchas vueltas que dé uno practicando, por ej., el porno rompe-camas (sin cama que romper), se cae uno igual, pero desde más abajo, lo que permite incluso seguir dando vueltas. Por último, y más importante, no hay lugar para el polvo acumulado bajo la cama! Cuántas horas de aspiradora ahorradas...

Me podría extender durante horas con los diferente beneficios, ventajas y bondades de colocar el colchón directamente sobre el suelo, saltándose patas y demás artificios para elevar ese altar del descanso y todo lo que no es descanso.

Y no me resisto a la tentación, sigo. Si te pones a saltar sobre ella... no hace ruído!. Bien, vale, eso me da igual, de echo me gusta hacer todo el ruído posible, soy de los que disfrutan llamando la atención, pero ese colchón en el suelo me trae buenos recuerdos. Ay, lo mucho que se perdió el compi de apartamento de aquella amiga _irlandesa_...

A ver, a ver, si sólo doy mensajes positivos, sobre el colchón sin somier ni patas, ¿por qué he dicho que con patas, a unos cuantos centímetros más del suelo, estoy más cerca de la felicidad?

La respuesta está en el aire, en el que pasa por debajo de las camas con patas y somieres incluídos. Es fácil, tan obvia que casi da vergüenza decirlo... Y es que sin patas, sin somier... chiquillos, sin aire bajo el colchón, sin espacio lleno de polvo acumulado por falta de entendimiento con la aspiradora... ¡no podría volver a romper más camas! Y, después, de qué iba a presumir? :)

Con patas bajo la cama, un bote de Nutella aún a medio consumir y mucha ilusión, ríase usted de los cupones de la once. Ponga un/a rompe-camas en su vida y hágase VIP de los Flex y Pikolin de turno. Be happy.

/PS/ House: "Todo es un asco, más vale encontrar un motivo para sonreír" Si lo diagnostica así de claro, quién soy yo para llevarle la contraria. Asco o no, más vale encontrar un motivo para sonreír. /PS/

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