miércoles, julio 30, 2008

Rojo, sigo rojo

Del color de "La mujer de rojo" (The woman in red), tras pasar por la consulta de mi ortodoncista, he elegido continuar, extendiendo la etapa roja de mi vida multicolor durante 2-4 semanas más.

El motivo de repetir, por primera vez, no es el agotamiento del (sorprendentemente elevado) número de colores en gomitas para brackets, sino el ser fiel a los símbolos que nos ofrece la vida en ocasiones. O no...

La verdad, justo antes de irme a Zaragoza a ver la "Expo" o, mejor dicho, a pasar unos días con Nacho y Heidi, tuve el capricho de ir a comer a la playa el día coruñés más caluroso del año, sin cremitas ni "mariconadas" que protegiesen mi sensible y tersa piel de blanquito antigua rata de biblioteca...

En mi tercer día de playa del año, supuse que mi también nada morena amiga y acompañante llevaría una crema protectora para compartir, pero me equivoqué. Es una práctica, esa de contar con el buen sentido de los demás ante la falta del propio, la cual solía funcionar...

Sin embargo, en esta ocasión, allí estábamos los dos, a las mismas de la tarde bajo un sol de justicia, sólo amenizado por unos bocatas y algún amago de chapuzón en la helada agua coruñesa.

Suerte que mi blanca amiga no tiró de topless (cómo les gusta provocar!) hasta pasada la primera hora, porque sino se hubiera vuelto a casa con unas tetas (con perdón) tan rojas como un servidor, durante dos días temporal imitador de los pieles rojas yankies.

Pero como no hay mal que por bien no venga, tras las quemaduras vino la farmacia y el untamiento recíproco de cremita after sun. Y del goce del roce al rojo en mi piel y, repitiendo, en mis brackets.

Tras los días de piel roja, viene el posible futuro de cáncer de piel y... ¡tachán, tachán!... también el morenito naranja zanahoria. No estaba "tan" moreno desde mis días de vino y rosas en el sur de California...

¿Alguien atisba el siguiente color de este viaje en búsqueda del legendario cofre de oro al final del arco iris?

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