lunes, febrero 20, 2006

Las 6 de la mañana...

He estado tres días en Málaga por trabajo, algo de lo que nunca hablo aquí, entre otras cosas porque ya tengo otro blog para ello que dentro de unos días linkaré también a éste. El estar varios días en otra ciudad, conociendo gente, compartiendo experiencias y demás da para mucho escribir, pero como no quiero extenderme demasiado, me limitaré a contar despistes, algo tan característico en mí como el Puente de Rande en Vigo o La Torre de Hércules en Coruña.

Para llegar a Málaga el miércoles a una hora decente, tuvimos que levantarnos a las 6 de la mañana. Llegamos al aeropuerto sobre las 7 y pasamos poco después control de metales. Antes de subir al avión, me dí cuenta de que Chema llevaba un bulto colgando del brazo y yo iba muy ligero:
- Javi: "Me cago en...!"
- Chema: "Qué pasa Javi?"
- Javi: "El portátil!"

Nada grave, bajé de nuevo las escaleras y lo recuperé. Los guardias civiles estaban algo sorprendidos porque hubiera recordado coger el cinturón y no el portátil, pero lo guardaron bien los 5 minutos que se quedó allí. Fue un mero despiste, normal, me había levantado a las 6 de la mañana...

Al llegar a Málaga, tras la conexión en Madrid, nos dirigimos a la cinta de equipajes. Allí, mientras esperábamos, me encontré con un amigo que trabaja en Telefónica. Empezó a preguntarme sobre mi viaje a USA, sobre las yankies y sus costumbres danzando.... Como soy un tipo alegre y dicharachero, me lié a relatar historias y quedamos en compartir taxi para seguir de charla. Salimos, nos dirigimos a la parada y:
- Javi: "La madre que...!"
- Chema: "Qué pasa Javi?"
- Javi: "Mi maleta!"

Con tanta cháchara y recuerdos de bailes y acento nasal de féminas yankies, me había olvidado el motivo para estar junto a la cinta de equipajes, es decir, recoger mi maleta. Como antes, ví a Chema con más bultos que yo y volví a la luz desde mi feliz mundo de javiSiempreJamás.

Al intentar entrar, a la carrera, en la zona de recogida de maletas, un amable policía me paró en seco para indicarme el camino correcto. Tras un rato de explicaciones y muestra del billete, el cual había conservado milagrosamente, más otro buen rato más buscando "mi cinta", conseguí localizar una solitaria maleta roja. Otro mero despiste, normal, me había levantado a las 6 de la mañana...

Como en todo congreso que se precie, la última noche es de obligada juerga nocturna, y nos juntamos unos cuantos para conocer la ciudad malagueña cuando el Sol ya se había ido para alumbrar otros mundos. A las 6 de la mañana estábamos en el último pub:
- Javi: "Seré...!"
- Chema: "Qué pasa Javi?"
- Javi: "Joder, la chaqueta!"

Pues nada, como mandan los cánones del buen despistado, al entrar en el local había dejado la chaqueta en cualquier lugar. Tras un buen rato, ya en una planta distinta (la anterior estaba ya cerrada), y tras hablar con los camareros, me abrieron la puerta del anterior espacio para comprobar que mi chaqueta se había ido antes que yo. El problema, en esta ocasión, es que no se había ido sola, y ya no volvió... Me quedé sin chaqueta, retales cosidos de cuero negro que me habían acompañado durante 7 años. Otro despiste, normal, eran las 6 de la mañana...

Pero, a ver, a quién quiero engañar? Probablemente no a mí mismo, porque sé perfectamente que no son las 6 de la mañana el motivo de mis despistes. El sábado, ya en Coruña, empecé la tarde confundiéndome de garaje (no de plaza, sino de garaje) y seguí, pocas horas después, saliendo de mi nuevo piso coruñés con las llaves que no eran (alguien ha escuchado lo de abrir puertas con tarjetas? pues sí, sí se puede)...

Soy un tipo alegre, optimista, casi totalmente feliz, pero vivir en el mundo de javiSiempreJamás tiene sus problemillas. Cuando vuelves a la realidad, pueden faltarte cosas, estar en garaje ajeno, de puertas afuera...

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