martes, octubre 02, 2007

Mensajes de partido

De vez en cuando, a través del zapping habitual durante o después de cenar, me encuentro con cierta sorpresa con 59 segundos o Hai Debate!, tertulias sobre la actualidad política en LaPrimera y la TVG respectivamente. Ayer me tocó el último.

Siempre me llama la atención la preocupante incapacidad de los políticos, sea cual sea su color político, para reconocer un error o ponerse de acuerdo en público con alguno de sus rivales. Siempre critican las propuestas del "contrario", aunque antes fuesen suyas. El acuerdo, al menos en público, está prohibido, es un tabú.

Más allá de esta reflexión inicial, la cual no sorprenderá a nadie, en las últimas semanas tenido la oportunidad de comprobar/teorizar sobre un par de casos de "mensaje de partido", es decir, el discurso que marca el responsable campaña, o agencia de comunicación de turno, como mensaje clave a introducir en cualquier discurso o intervención pública.

El primero de ellos, del PSOE, fue lanzado a las ondas pocas horas después de la polémica generada por Solbes, al poner en duda medidas como la relativa a la garantía de viviendas para jóvenes anunciada por la Junta de Andalucía, desautorizando a Chaves y ofreciendo un flanco débil a la oposición.

El mensaje de partido fue claro y simple, repetido a lo largo de todo el día: el Gobierno es transparente y dialogante, también internamente. Permitimos la discrepancia y no hay problema en que esta sea pública.

Ridículo. Discrepar en público, opinar cosas distintas siendo del mismo partido frente a cámaras y/o micrófonos, está tan prohibido en política como estar de acuerdo con políticos de otro color: "Papá y mamá no pueden discutir nunca delante de los niños".

El segundo, ya del PP, podemos oirlo cada día, es una de las claves de su estrategia electoral para las (elecciones) generales: este Gobierno está alejado de la realidad y del día a día de los españoles, presume de datos macroeconómicos mientras las familias no llegan a final de mes.

Es un mensaje rastrero, demagógico, aprovechando la coyuntura de tipos de interés crecientes. La subida de tipos, y en consecuencia de los intereses en la mensualidad de la hipoteca, viene dada por la política monetaria del Banco Europeo, no es cosa de este Gobierno ni del anterior.

Como la economía va bien, tal y como ha sucedido en los últimos 10-12 años, el PP contraataca el triunfalismo de ZP intentando disfrazarse de una formación política preocupada por los humildes, los españoles de sueldos más bajos con problemas para llegar a fin de mes. Sin embargo, el disfraz, en mi opinión, les queda raro, muy raro.

Al menos, como nota positiva a esta demagogia, ahora ya no sólo oímos a Rajoy y compañía hablar de ETA. En algo más tenían que basar su estrategia después del desastre del debate sobre el Estado de la Nación...

La política, según yo la veo, sigue siendo un juego de apariencias y mensajes facilones, alejada ante los mass media del debate sobre cuestiones relevantes, tal vez demasiado complejas para nosotros, la ignorante y simplista "plebe".

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